TEXTO PROPUESTO PARA “HOLY SMOKE”
QUÉ ES LA REALIDAD
Este documento fue escrito para la tv por Alan
Moore, y constituye un buen pasaje introductorio.
La realidad, a primera vista, es algo simple:
la televisión hablándote es real. Tu cuerpo hundido en esa silla al aproximarse
la medianoche, un reloj haciendo tic-tac en el umbral de la percepción. Todos
los detalles interminables del mundo sólido y material rodeándote. Esas cosas
existen. Pueden ser medidas con un metro, un voltímetro, una balanza. Esas cosas
son reales. Y después está la mente, enfocada a medias en la tv, el sillón, el
reloj. Ese vínculo fantasmal de memoria, idea y sentimiento que llamamos
nosotros mismos también existe, aunque no sea parte del mundo mensurable que
nuestra ciencia puede describir. La consciencia es incuantificable, un fantasma
en la máquina, apenas considerada real, aunque en cierto sentido ese mosaico
fluctuante de percepciones es la única realidad verdadera que nunca podamos
conocer. El Aquí-y-Ahora demanda atención, está más presente para nosotros.
Desechamos el mundo interno de ideas como menos importante, aunque la mayoría
de nuestra realidad física inmediata se origina sólo en la mente. La tv, el
sofá, el reloj y la habitación, toda la civilización que los contiene, fueron alguna
vez nada más que ideas. La existencia material está enteramente fundada en el
reino fantasmal de la mente, cuya naturaleza y geografía permanecen
inexploradas. Antes de que la Era de la Razón fuese anunciada, la humanidad
había refinado estrategias para interactuar con el mundo de lo imaginario e
invisible: complicados sistemas mágicos esparcieron panteones de dioses y
espíritus, imágenes y nombres con los que etiquetábamos poderosas fuerzas
internas que nos convendría entender. Intelecto, Emoción y Pensamiento
Inconsciente fueron convertidos en divinidades o demonios que a nosotros, como
a Fausto, nos convendría conocer, lidiar con ellas, volvernos ellas. Las
culturas antiguas no fabricaban ídolos. Sus dioses-estatuas representaban
estados ideales a los que, después de meditar constantemente, uno puede
aspirar. La ciencia prueba que nunca hubo una sirena, un Krishna de piel azul o
el parto de una virgen en la realidad física. Aún así el pensamiento es real y
los dominios del pensamiento son el lugar donde los dioses irrefutablemente
existen, blandiendo tremendos poderes. Si Afrodita fue un mito y el Amor sólo
un concepto, entonces ¿vamos a negar los crímenes y gestos amables y canciones
hechos en nombre del Amor? Si Cristo fue siempre sólo ficción, una Idea divina,
¿eso invalida el cambio social inspirado por esa idea, hace a las guerras
santas menos terribles, o al mejoramiento humano menos real, menos sagrado? El
mundo de las ideas es en ciertos sentidos más profundo y verdadero que la
realidad; esta televisión sólida es menos significativa que la Idea de la
televisión. Las Ideas, a diferencia de las estructuras sólidas, no perecen. Perduran
inmortales, inmateriales, en todas partes, como todas las cosas Divinas. Las
Ideas son un dorado paisaje salvaje por el que vagamos ignorantes, sin un mapa.
Tené cuidado: en el análisis final, la realidad debe ser exactamente lo que
pensamos que es.
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FUENTE: http://homepages.tesco.net
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