Invincible es la otra gran obra de Kirkman,
junto con The Walking Dead. Y no podrían ser más
distintas. Mientras en The Walking Dead lo único fantástico, anormal, es
la presencia de zombies, Invincible está ambientada en ese mundo de
fantasía y ciencia-ficción que ya normalizamos como universo superheroico. En
las portadas, Kirkman se
hace autobombo poniendo la leyenda “Probablemente el mejor comic de superhéroes del
universo” (como una parodia-homenaje a los Fantastic
Four de Marvel y su leyenda “Los
mejores comics del mundo”) y yo no sé si en otras partes del
universo se harán comics, pero si dijera “Probablemente el mejor
comic de superhéroes del planeta” estaría totalmente de
acuerdo.
Kirkman es un fan, eso
es innegable. Y como fan sabe qué funciona y qué no, sabe qué cosas ya ha leído
tantas veces que lo cansaron y cuáles nunca ha visto, qué vuelta de tuerca
estaba ahí, picando como una pelota frente al arco sin arquero, pero nunca
nadie hizo el gol por interferencias editoriales y demás razones de marketing.
Y entonces él va y patea. La serie es eso: un golazo tras otro. No hay un solo
número “quieto”, un solo número intrascendente: el status de los personajes
cambia casi en cada página, los personajes se desarrollan de forma coherente y
sorprendente al mismo tiempo (lo que es jodidísimo de lograr) y prácticamente
todos son queribles (o al menos comprensibles) después de unos números.
Me hace acordar a otros
dos guionistas: Erik
Larsen (con cuyo
universo superheroico está muy emparentado: Savage
Dragon aparece
bastante en Invincible) y sobre todo Joss Whedon
(el creador de Buffy y quien mejor ha escrito a los X-Men después de Grant Morrison). Porque lo bueno
de Whedon es que es también es un fan, y se nota. En
los comentarios del dvd de Serenity (peliculón de ciencia-ficción
escrito y dirigido por Whedon)
él dice que, cuando creó la serie Firefly, no quería hacer algo que a los espectadores
les gustara sino algo que los espectadores pudieran amar. Y esa es, resumida al
máximo, la actitud de un fan devenido en creador. Y estoy seguro de que la
cabeza de Kirkman funciona igual.
Otra cosa que me gusta de Invincible es que toca casi todos los temas que
pueden tocar tanto la ciencia ficción como el subgénero de los superhéroes. Una
pequeña lista de los tópicos que se pueden encontrar en la serie abarcaría:
*Extraterrestres y
descendencia híbrida
*Viajes en el tiempo
*Universos paralelos
*Robots e inteligencias artificiales
*Hombres inmortales
*Viajes al espacio
exterior
*Zombies (zombies
mecánicos, para ser exactos)
*Clones
*Parásitos ladrones de cuerpos (body snatchers)
*Parásitos ladrones de cuerpos (body snatchers)
*Criaturas del centro de
la tierra (homenaje al Mole
Man de los Fantastic Four)
*Relación ciencia/magia
(en la búsqueda de la cura para la “enfermedad” de Monster Girl)
*Parodias a Star Trek (es casi un género aparte dentro de
la ciencia ficción actual)
Y respecto a los
superhéroes, los tópicos son todos: cualquier cosa que haya pasado en un comics
de superhéroes desde el número uno de Action Comics hasta hoy (la
identidad secreta, los poderes, el legado, el romance, el supergrupo, los
villanos), es usado, revisitado, sublimado, invertido, doblado hacia afuera
como un guante, llevado al paroxismo o resignificado en cada número.
Eso sí: a diferencia de la
media de los comics de superhéroes, Kirkman
muestra mucha sangre en sus historias, lo cual suma realismo
pero hace que Invincible no sea muy apto para niños. Es una serie para
adolescentes y adultos que no sólo disfruten la lectura sino que capten los
homenajes y las variaciones.
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