Friday, May 11, 2012

MN 04


04

04.07. No lo hacemos porque sea útil, porque sea socialmente reconocido o divertido. No lo hacemos por la puta necesidad de nadie más que de nosotros mismos. No lo hacemos para superar a nadie, porque a esta altura es imposible, y si la gente de ésta pantomima de país no tuviera la cabeza en el culo, así como sacan la camiseta número diez de circulación para homenajear a un gordo drogado con el ego de un dios (lo único que tiene de un dios), así deberían haber prohibido escribir cuentos después de Ficciones y novelas después de Rayuela. Así que no lo hacemos para ser Borges ni Cortázar porque no se puede. No lo hacemos para conseguir mujeres –y si lo hicimos, vimos que no funciona ¡y a pagar la cuota de una seis cincuenta enduro!–. No lo hacemos para decir “¡qué bien que escribo!” porque a los pocos meses lo que sea que serigrafiemos en una hojita cualquiera nos parece basura. No lo hacemos para pasar a la historia, porque sabemos que el día que la tierra y el universo ya no existan vamos a ser una nada incluso más insignificante que la nada que somos ahora.
            Lo hacemos porque no concebimos otra forma de vivir. Lo hacemos por nuestra endeble cordura, malabarista sin red o paracaidista de ojos de tornados. Lo hacemos para no llorar de cualquier emoción que amerite o no el llanto cada dos minutos. Lo hacemos porque no nos queda realmente otra que hacerlo. Lo hacemos porque es mentira que lo hacemos: lo somos, y esa es la única verdad.

04.33. Estaba pensando que el alma es como el fuego y la sombra. No puede verse, o sea, no puede aislarse, solamente ver su actuar sobre algo, y ese actuar es a su vez una reacción provocada por otro ente. No hay fuego sin combustible, el fuego es el resultado de la alimentación de lo que sea que arde, pero al mismo tiempo es el elemento que quema y produce la reducción de aquello de lo que se alimenta. La sombra es resultado del choque de la luz contra un cuerpo, depende de la existencia de ese cuerpo opaco para ser, pero al mismo tiempo se proyecta cobre otro cuerpo ensombreciéndolo. No hay fuego ni sombra aislados. No se puede tomar una muestra de fuego ni de sombra en bruto para analizarlos.
            El alma es igual. Nace del cuerpo, depende del cuerpo para ser, pero al mismo tiempo actúa sobre el cuerpo. Existe, es, pero no hay forma de aislarla para estudiarla. Por eso el fuego y la sombra son fascinantes. Por eso la poesía es fuego y sombra.

04.34. Típico. Del amor paso al significado de la vida y de ahí a la literatura. Como los dos platillos de la balanza mirados por el fiel. Sería interesante analizarlo, si no fuese ya lo suficientemente obvia la metáfora: el significado de la vida como un balanceo entre el amor y la literatura (arte y belleza), de nuevo.


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