Dicen que hay dos clases de personas: los que aseguran que hay dos clases de personas y los que niegan que hayan dos clases de personas. Pero es evidente que los seres humanos no somos todos iguales, que hay cosas que algunos harían y otros no harían nunca, crímenes que para unos son su trabajo diario y que a otros los horrorizan con sólo escuchar que tales cosas suceden. Creo que es una diferencia importante, creo que es un lugar donde trazar un límite, discriminar en su sentido original y no cooptado por cierto discurso bienpensante y políticamente correcto, que no significa otra cosa que separar, diferenciar lo que de hecho es diferente.
El cerebro humano (o el alma o el corazón o lo que sea que nos mueva) es un sistema de opciones. Como dijo Grant Morrison, el ser humano es tan simple, tan fácil de discernir, porque es un ente binario, todo lo que hay en él funciona en dos estados opuestos y excluyentes: si/no, on/off, encendido/apagado, conectado/desconectado. Y algunos seres humanos tienen las opciones de la crueldad y la maldad encendidas, conectadas, en posición de ON. Es tan simple como eso.
Un año atrás tuve una discusión con Tomás Watkins acerca del asalto a Carolina Píparo. Tomás me acusaba de ver mucho TN, de que ese hecho en particular no era lo peor que pasaba en el mundo en ese momento, que había gente que provocaba la muerte de cientos, de miles de seres humanos con otro tipo de actos (decisiones empresariales, corrupción política, etc.) pero que los medios se centraban en los golpes bajos para vender sus noticias y así te convencían que dispararle en la cara a una embarazada era lo peor que había sucedido en el mundo ese día.
Tomás cree que ganó la discusión. Yo creo que quedó en tablas.
Creo que “lo peor” deja de ser funcional como categoría de comparación pasando cierto punto. Es como la discusión acerca del número de muertos en los campos de concentración nazis: ¿por qué algunas personas se aferran a que “sólo” se asesinó a dos millones de personas en lugar de a seis? ¿De donde sacan que matar a seis millones de personas es peor que matar a dos millones? ¿Se aplica un término como “peor” pasado un límite de crueldad, de maldad? Creo que no. Creo que después de cierto punto la categoría “peor” queda desactivada, que hay cosas que no se pueden medir.
Creo también que la aberración de un hecho puede demostrarse reduciéndolo a una oración simple, con sujeto y predicado, sin necesidad de que los medios te laven la cabeza, que decir “un tipo le pegó un tiro en la cara a una mujer embarazada por guita” ya resume todo lo grave, lo reprobable y lo incomprensible (para algunos) del acto en cuestión. Igual que “un tipo asfixió a una nena de once años porque tenía un problema con el padre”. Creo que esas dos oraciones resumen un límite, creo que hay personas que sienten esas acciones como algo inconcebible o endilgable a la desesperación o a la locura, mientras que para otras personas actuar de esa manera, cometer esos actos, esos crímenes, son parte de su elección de vida, está en cierta forma normalizado, es lo que eligen día a día.
¿Cómo te metés en esas psicologías, cómo entendés esas cabezas, esas formas de vivir y de actuar?
Hoy estaba merendando con mi mujer y pensaba en que los dos conocemos el trabajo del otro y podemos comer juntos y charlar y contar lo que pasó durante el día, pero ¿cómo será que un hombre llegue a su casa y almuerze con su mujer y le cuente de las personas a las que robó, a las que secuestró, a las que mató? ¿Alguien que no viva de esa manera puede entenderlo? ¿Una persona a la que le parece correcto, o al menos valido y justificable, vivir así puede ser equiparada con otra quien no soportaría vivir de esa manera, a quien le parece inconcebible vivir de esa manera?
Todos cometemos nuestros pequeños crímenes. Ya lo dice en la biblia: “El que esté libre de pecado que tire la primera piedra”. Nadie está libre de pecado, nadie está libre de mancha o de culpa. Pero hay culpas y culpas. Hay crímenes y crímenes. Hay boludeces insignificantes y aberraciones inhumanas (cuando se usa esa palabra, claro está, se hace referencia a un ser humano idealizado, a lo mejor del ser humano reunido en una imagen platónica falsa, no al ser humano real).
Entonces, de forma innegable, hay que decir que hay dos clases de personas, y la base de esa afirmación no está en un concepto o en una idea de humanidad o en teorías acerca del comportamiento, sino en los hechos: hay personas que son capaces de aberraciones que otros no podrían cometer ni con una pistola apuntándoles a la cabeza. ¿Qué significa eso? ¿Que quienes pueden herir, mutilar, torturar, matar a otro para conseguir determinado beneficio son amenazas contra la sociedad que deben ser eliminadas? ¿O, en un giro claramente nietzscheano, que quienes no son capaces de tales actos son los débiles de la sociedad, la carne de cañón, los nacidos para ser víctimas? Cada uno puede dar su opinión, pero la diferencia está ahí y es innegable. Y no se trata de discriminación como se entiende hoy la palabra, no se trata de raza, religión o elección sexual. Se trata de lo único que define realmente al ser humano, más allá de divisiones basadas en lo externo y en prejuicios sociales: se trata de los actos.
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2 comments:
Amigo: jamás me referí a una especie de handicap del mal. Simplemente que acepto la idea de que aquello llamado de ese modo, tanto como su antítesis defectuosa, el bien, son apenas conceptos que cobran validez mediante su legitimación contextual, es decir que no es lo mismo "lo correcto, lo bueno" para nosotros acá y ahora como para Barbarroja hace cinco siglos (más o menos, no me acuerdo). Te decía que no existe el bien y el mal en la naturaleza. Citás a Nietzsche: precisamente él habla bellamente de "el bien y el mal en sentido extra-moral", o sea fuera del tamiz pelotudo del humano. Mirá lo que hace una mamá gato cuando sabe/intuye/siente (creo que nos excede comprender) que uno de sus bebés recién nacidos no va a sobrevivir. SE LO COME O LO ABANDONA PARA QUE MUERA SIN AMPARO. Lo hace Medea y es un mostro. Además, nuestra especie es la única que intenta salvar una vida que se extingue, y extingue vidas como ninguna especie sobre la tierra -de la que tengamos conocimiento-. Qué está bien?
Eso es lo que yo decía. Somos un bicho raro y tenemos que aceptar que no hay horror que no pueda ocupar espacio en nuestro camino, horror imagi o inimagi causado por nosotros, pobres cositas que buscamos saberrr.
Abrazo, amigazo, gracias por los libroooooos!!!
vodkins
Agrego: no legitimo nada, está claro. Digo que no hay que asombrarse de nada, nada más. Mierda ocurre todos los días y reaccionamos por mucho menos que las acciones de las que hablamos. Cada uno sabe qué tolera y qué no, qué sería capaz de hacer o hasta dónde llegaría por motivos diversos como: defender su flia, su vida, su colección de revistas porno (me desgracio).
Abrazo, papá
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