La primera sino la única ley acera de las personas es que los seres humanos somos basura. No algunos, no ciertos seres humanos, ni siquiera la mayoría: todos los seres humanos, después de cierta edad, somos basura.
La diferencia está simplemente en saberlo o no, en hacerse cargo o no. Prefiero a las personas que se hacen cargo de esa cualidad de su ser porque ese es el inicio necesario, el primer paso absoluto, para poder al menos intentar cambiar. Las personas que se creen perfectas no ven la necesidad de transformarse, de mejorar. Las personas que se creen buenas no se cuestionan la validez o la moralidad de sus acciones porque, total, si ellos son buenos, si están revestidos de una moral sin fisuras, sus actos también deben ser por transitividad perfecta e incontestablemente buenos. Creo que el extremo más molesto de esa actitud es el de las personas religiosas, quienes están seguras de que sus acciones son justas (o están justificadas) porque dios está de su lado. Así es fácil, así cualquiera actúa sin pensar y hace barbaridades y dice cosas que hieren a los demás, total dios los respalda, es una presencia temida y permisiva como ese hermano mayor con el que los niños débiles mantienen a raya a los niños violentos mediante la amenaza de acusarlos: "Si me tocás, mi hermano mayor Dios te va a cagar a trompadas... aunque sea todo bondad y eso..."
En lo que me toca (o en lo que me va a tocar el día que sea un escritor de verdad), detesto, aborrezco, me da asco, tanto la literatura que transmite que está todo bien en el mundo, que el universo "se confabula para cumplir tus sueños" (¿escuchaste Cohelo, pedazo de mamón, ladrón de porquería?) como la que tranquiliza las conciencias de quienes carecen de autoconocimiento y/o abundan en negación, diciéndoles que o bien toda la humanidad o bien el selecto grupo al cual ellos pertenecen son buenos o, peor, son "los buenos", porque la primera estafa al menos tranquiliza todas las conciencias por igual pero la segunda opone a los buenos y virtuosos contra los malos y amorales o simplemente (una hallazgo de Lost) contra "los Otros" (sí, ya sé que Lost se lo debe haber robado a algún filósofo que lo dijo antes en forma de teoría, pero ¿qué esperan de mí?, soy un simple gil que lee comics y mira series de ciencia-ficcón, mis conocimientos llegan hasta ahí nomás), y toda oposición en términos de grupos, de sectores, que exista entre seres humanos deriva indefectiblemente en enfrentamiento, en violencia.
Les deseo a todos alcanzar el conocimiento íntimo de que todos somos basura porque es el primer paso para dejar de serlo. Les deseo una excursión sin guía por las peores miserias, traumas, temores, bajezas y obsesiones de su propia personalidad, seguidas de la aceptación y de la certeza de que son más fuertes que todas ellas juntas. Con la parte oscura de cada uno pasa lo mismo que ocurre en esas leyendas urbanas donde pequeños caimanes van a dar a las alcantarillas y crecen en soledad hasta convertirse en cocodrilos gigantes: si dejás tus miserias solas y a oscuras, olvidadas, no hacen sino crecer. Hay que sacarlas a la luz, hacerlas visibles al menos para uno mismo, conocerlas, reconocerlas, desmitificarlas, identificar sus fortalezas y debilidades para saber cómo vencerlas en el caso de ser necesario.
Cada ser humano guarda bestias carnívoras y hambrientas dentro. Cada ser humano es el cuidador de un zoológico y debe estar todo el tiempo atento, pendiente, tenso ante la posibilidad de que los animales escapen y debe hacer todas las reformas, tomar todas las precauciones posibles para impedirlo. Pero cuando las personas no saben que los animales están ahí, cuando creen que su zoológico está desierto o que en las jaulas sólo hay bichitos pequeños e inofensivos, el desastre está servido.
Existe otra posibilidad también: que el cuidador esté tan pagado de sí mismo, tan convencido de que desempeña siempre sus funciones con una eficiencia intachable, que se quede todo el tiempo dormido, se vaya, se descuide, se pierda, deje a los animales salir, hacer daño y regresar sin darse cuenta, sin poder verlo o siquiera considerarlo porque no entra en su cabeza la posibilidad de fallar, de equivocarse, de ser un inútil cuidando fieras.
Yo sé que si son concientes de la importancia de su misión no fallaron demasiado, no fallaron adrede y aprendieron de sus errores.
Buena suerte manteniendo los animales a raya también el año que viene.
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