Tuesday, July 28, 2015

La herejía de leer - CFC


LAS RELIGIONES DEL LIBRO O LA RELIGIÓN DE LOS LIBROS

La lectura siempre ha estado relacionada con la irreligiosidad y la herejía. Las llamadas “religiones del libro”, organizadas en torno a escrituras canónicas, condicionan férreamente el sentido autorizado que se desprende no sólo los textos sagrados. Pero también de la vida y las acciones de las personas y de los designios divinos, de otra forma siempre abiertos a interpretación. Esas vidas, esos hechos y esos designios son también transformados en relatos con el fin de transmitirse, propagarse, esparcir la palabra santa. La fe se apoya en esos relatos y por ello deben ser administrados racionalmente.
Leer ha sido siempre revolucionario y desestabilizador de los órdenes establecidos porque la puesta en contacto del lector con el texto genera un nuevo mundo que, al menos durante el tiempo que dure la lectura, se acepta como real. Leer es interpretar, por ello lo primero que prohíbe el dogmatismo es la libre interpretación: toda interpretación que se aparta de los lineamientos establecidos constituye una herejía.
Creer en una religión establecida y reglada no es otra cosa que aceptar una versión del mundo de forma acrítica, sin pruebas suficientes para sostener esa creencia. A esto puede llamársele certeza o, en el plano religioso, fe. Pero al interpretar la realidad también se espera que acatemos un dogma, un dogma laico que recibe varios nombres: realidad consensuada, sentido común, etc.
Las obras de ficción configuran en la mente del lector un mundo otro, o una versión diferente del mundo en que vivimos, ya sea a través de un cambio en los hechos fácticos o en la cosmovisión que los interpreta, reconfigura o resignifica. La lectura de obras de ficción es una herejía laica contra la creencia en la realidad consensuada. Interpretar la realidad según moldes ficcionales es tan hereje frente la creencia en la realidad consensuada como la libre interpretación de los textos sagrados es hereje frente al dogma.
En el caso de las religiones hay un texto sagrado frente al cual se es hereje. Pero en la realidad no existe ningún texto escrito sino una cosmovisión compartida, completamente invisible en la medida que hablamos de la estructura que lo rodea y lo sostiene todo; no se trata de que no lo veamos porque es pequeño o esté escondido, sino porque rebasa cualquier campo de visión posible; es, casi literalmente, todo el mundo en el que vivimos. La herejía contra esa versión hegemónica del mundo, de la realidad, no tiene nombre, salvo tal vez locura, excentricidad, y no se la toma como una diferencia en la interpretación sino como un error en la interpretación, como una forma equivocada de valorar lo que nos rodea, el mundo humano conformado no sólo por hechos y objetos sino también por ideas y valoraciones.



-

Parte de una monografía que tuve que dejar afuera, pero me gustó la idea.

-

No comments: