Hace unos meses murió el dibujante norteamericano Mike Wieringo. No era de mis dibujantes preferidos, pero me gustaba. Ví sus dibujos por primera vez como a los 17 años, cuando le di plata a una amiga (que también murió, por lo que me contaron) y me trajo un tomo de Flash de Buenos Aires.
Lo que me sorprendió de las noticias acerca de su muerte fue que no se centraran en lo prolífico de su carrera (aunque era prolífico), ni en sus apariciones en la web (terminaba al menos un dibujo a lápiz por día, cosa poco usual, y solía postear casi todo), ni en su influencia en otros artistas (que también la hubo, y bastante). No, nada de eso. Esas características aparecían siempre como una acotación, como algo secundario. Lo que recalcaba todo el mundo (colegas y fans que lo conocieron en firmas de autógrafos y convenciones) es que era un BUEN TIPO.
Los dos o tres días en que la noticia apareció en todas las páginas web o lo blogs que visito asiduamente, me conmovió leer siempre lo mismo: todos se lamentaban no de la pérdida de un dibujante original y cumplidor con sus encargos de laburo, sino de la pérdida de un tipazo. Es lo que todos queremos que pase el día que ya no estemos supongo.
Lo que me sorprendió de las noticias acerca de su muerte fue que no se centraran en lo prolífico de su carrera (aunque era prolífico), ni en sus apariciones en la web (terminaba al menos un dibujo a lápiz por día, cosa poco usual, y solía postear casi todo), ni en su influencia en otros artistas (que también la hubo, y bastante). No, nada de eso. Esas características aparecían siempre como una acotación, como algo secundario. Lo que recalcaba todo el mundo (colegas y fans que lo conocieron en firmas de autógrafos y convenciones) es que era un BUEN TIPO.
Los dos o tres días en que la noticia apareció en todas las páginas web o lo blogs que visito asiduamente, me conmovió leer siempre lo mismo: todos se lamentaban no de la pérdida de un dibujante original y cumplidor con sus encargos de laburo, sino de la pérdida de un tipazo. Es lo que todos queremos que pase el día que ya no estemos supongo.
Hoy, en un canje, encontré un comic de Wieringo y después de comprarlo me di cuenta de algo más: ya entró en el terreno de la Obra Completa, ya nunca va a volver a dibujar nada, lo que hay es todo lo que habrá, y los lectores tenemos la posibilidad de conseguir toda su obra y formarnos un juicio acerca de ella como totalidad.
Es otra cosa que también creo que todos, al menos los que hacemos algo creativo, aspiramos que pase el día en que ya no estemos.
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