Sunday, May 17, 2015

007: CASINO ROYALE – QUANTUM OF SOLACE – SKYFALL




-----------------------------------------------------------------------------------------


Nunca he sido muy fan de James Bond. He visto algunos pedazos de películas en la tele, fui al cine a ver Tomorrow never dies con un amigo y dormí media película. Sé que se supone que a los nerds nos tiene que gustar James Bond de forma acrítica, pero se supone que a los nerds nos tienen que gustar muchas cosas de forma acrítica, lo que está muy alejado de la realidad.
Estas tres películas me gustaron. Las miré en un lapso de veinticuatro horas: una noche y la mañana y la tarde siguiente. De las dos primeras me sorprendió la poca cantidad de diálogo en relación al metraje total: muchas escenas de acción significan pocas escenas de diálogo, como es lógico suponer. No es como en los comics, donde los contendientes pueden recitar “El pueblo” de Neruda en el tiempo en que tiran una patada voladora.
Había escuchado críticas negativas de personas que decían que el James Bond de Daniel Craig era una especie de Terminator imparable y eso le quitaba la gracia al personaje. Disiento enérgicamente. Si bien el Bond de Craig es más duro que el acero y tiene algunas nociones de parkour, por lo que las persecuciones se parecen mucho a esa performance del corredor de Fuerza Bruta, lo cierto es que el personaje está muy humanizado. Tiene pasado, y eso es algo nuevo. Pasado de verdad: fue hijo, tuvo madre y padre, tuvo infancia, traumas infantiles. “Los huérfanos son los mejores reclutas” le dice M. El personaje no sólo recuerda para contarnos que ese que acaba de matar el villano era su mejor amigo desde las vacaciones del año pasado, sino que hay toda una densidad de recuerdos muy grande que lo alejan del Bond clásico, que si bien podía tener mejores modales y mayor expresividad facial, era plano como personaje, una verdadera máquina de matar sin nada a lo que valiera la pena llamar pasado. En ese sentido es absolutamente revelador el título del tercer film, Skyfall, que en las películas anteriores sería el nombre de un satélite espía pirateado por los rusos, pero acá no.
No voy a llegar al extremo de decir que el personaje evoluciona como tal, porque empieza siendo Bond y termina siendo Bond, pero al menos siente el paso del tiempo, envejece, tiene secuelas de sus heridas, y es muy consciente de que es una herramienta mortal al servicio de un sistema político, lo que como toma de autoconsciencia no está mal. Nada de buenos contra malos ni de seguridad nacional: política. Nada de control o búsqueda del bien mayor: venganza. Ganarse el sueldo o pegarle cinco tiros a quien te jodió la vida. Reacciones humanas perfectamente comprensibles que le dan verosimilitud al personaje de una forma, al menos para mí, muy bienvenida.

-

No comments: