Thursday, August 18, 2011

Sobre héroes y aliens


Anoche vi Repo Men. Horrible película. Una decepción, dado que trabajan dos buenos actores como Jude Law y Forrest Whitaker, y un tipo que nunca molesta como Liev Schreiber. La dirección no es del todo mala así que no me queda otra que achacarle su nivel de asquerosidad al guión.
La idea en sí es buena, digna de la mejor ciencia-ficción, o sea, llevar una situación actual a su extremo pero no anularla por reducción al absurdo sino darle vida, pensar en sus repercusiones y los problemas que generaría y cómo afectaría a seres humanos normales, reales, que no puedan sino vivir en esa realidad extrema y absurda pero que para ellos es el único mundo posible.
En este caso, la realidad dicta que los órganos del cuerpo pueden ser emulados por una compañía (el monopolio es algo que le resta verosimilitud a la historia) que, como pasa con cualquier otro bien de compra-venta en EEUU, si no lo pagás en tiempo y forma y la empresa agota los avisos de deuda y los apremios legales, envía a los Repo Men (los Confiscadores) a tu casa para quitártelo quieras o no.
Lo primero que me causó impresión es que la película muestra mucha sangre, pero si se tiene en cuenta la trama, creo que es en realidad la sangre necesaria, así que no puedo decir que eso esté mal.
Lo que está realmente mal, pero mal mal, es la forma en que las personalidades de los protagonistas, sobre todo del héroe de la historia, van variando a lo largo del film sin el menor motivo: primero parece tranquilo, calmado, indiferente; después lo muestran en sus días como soldado, como un bardero irresponsable que busca cualquier excusa para pelear; después como un padre de familia disfuncional; después como una persona humanitaria (en una escena que hace recordar mucho el principio de Los Increíbles, con el superhéroe frustrado detrás de un escritorio). Peor la corto acá porque si sigo enumerando las inconsistencias del guión estoy hasta pasado mañana.
De lo que me di cuenta con esta película es que el héroe típico de los blockbusters yankis es el héroe del egoísmo, el héroe que reacciona sólo cuando lo tocan a él, el héroe que ve el mal sólo cuando el mal le arranca un pedazo a mordiscos. Y eso no es un héroe para nada.
Creería que un héroe es alguien que hace lo correcto y se enfrenta a la injusticia aún sin sacar ningún rédito y sin ser afectado por ella, que actúa guiado por una ética superior y no por la conveniencia. Si luchas contra el sistema o la persona o la empresa que te perjudica no sos un héroe, sos un ser humano racional actuando como un ser humano racional, haciendo lo posible por mejorar tu calidad de vida y tu bienestar, defendiéndote de eso que te ataca como cualquier, ya no ser humano, sino como cualquier animal lo haría. Pero esas son las personas a las cuales las películas simplonas elevan a la categoría de héroe.
Braveheart, Corazón Valiente: William Wallace pretender una vida tranquila, sin meterse en problemas con los ingleses que viven a costa de sus compatriotas, hasta que los ingleses matan a su esposa clandestina. Nace un héroe.
The Patriot, El Patriota: otra vez Mel Gibson. Benjamin Martin quiere olvidar la guerra, vivir son tranquilo con su familia sin enfrentarse a los ingleses hasta que los ingleses matan a su hijo.
Gladiador: Maximus es el mejor general del Imperio Romano, el favorito del César, vive para la conquista y la grandeza de Roma, hasta que el nuevo emperador masacra a su familia y lo da por muerto a manos de los que eran sus subordinados. Nace un héroe.
Avatar: Jack Sulley participa como sujeto en un experimento para manipular clones modificados genéticamente que simulan cuerpos extraterrestre a fin de conquistar un planeta alienígena; vive con los nativos, se encariña con ellos, es aceptado como parte de su sociedad, entonces, cuando los líderes del complejo industrial-militar para el cual trabaja planean destruir a los aliens, él siente que va a destruir a su gente, a su pueblo, siente que lo están atacando a él, a lo que eligió ser. Nace un héroe.
Repo Men: Remy trabaja como Confiscador de órganos artificiales, con lo cual no tiene el menor problema moral, hasta que sufre un accidente, deben implantarle un corazón artificial que no puede pagar y termina enfrentándose con sus propios compañeros. Nace un héroe.
Los comics tampoco están libre de culpa. Y eso que, desde mi punto de vista, si en algún lugar se puede encontrar todavía el heroísmo puro y arquetípico hoy en día es en los comics de superhéroes. Pero este tipo de héroe que actúa sólo come reacción contra el mal que lo afecta existe también ahí.
Spider-Man: Peter Parker obtiene poderes por la picadura de una araña radioactiva y trata de sacara provecho de ellos para ganar dinero, no se preocupa por ayudar a otros con esos poderes, hasta que un ladrón que antes había dejado escapar mata a su tío Ben. Nace un héroe.
No parece raro que esa noción de héroe se haya gestado, o al menos haya sido llevada a su máxima potencia en el modo de expresión cultural y de entretenimiento más masivo del mundo, que es el cine, en Norteamérica, la capital del individualismo y el consumismo: “me convierto en un héroe cuando me tocan a mí, cuando amenazan mi bienestar, mi comodidad o mi vida”, “me convierto en un héroe cuando me lleva a actuar el egoísmo, no una ética subyacente y desinteresada”, “me convierto en un héroe cuando sólo pienso en mí”.

Otra cosa que me preocupa un poco es la actitud de las películas yankis acerca de los extraterrestres, de lo cual me di cuenta el mes pasado cuando mi hermana menor ganó dos entrada para ver Transformes 3, y que se terminó de asentar en mi conciencia cuando miré hace un par de semanas Battlefield: Los Angeles, que para ser justos es más una película bélica que de invasiones extraterrestres. Igual, es una mala película, sea cual sea el género al que se la adscriba. Y siempre que pienso en la actitud de EEUU hacia sus conquistas militares indignas, mentirosas, sin justificativo moral alguno, me acuerdo de una frase de Kurt Vonegut, cuando dijo que ganar la segunda guerra mundial fue lo peor que pudo haberle pasado a Estados Unidos como país, porque la maldad manifiesta de los nazis, encarnada en los campos de concentración, le dio la sensación a los yankis de haber peleado contra el mal puro y que (maniqueísmo mediante) eso significaba que ellos, hicieran lo que hicieran, de una vez y para siempre, habían quedado convertidos en el bien puro. Y como esa justificación de a poco, gracias a décadas de revisionismo y su propio proceder, que fue demostrando que no eran lo opuesto al mal por ser el bien, sino que los males son varios y que, en todo caso y casi con seguridad, son simplemente un mal de una pureza distinta, creo que están tratando de buscar una justificación a futuro. Cuando veo esas pelícuals de aliens que sólo quieren destruir, que vienen por los recursos de la tierra y para conseguirlos planean borrar al ser humano de la faz de la tierra sin siquiera un aviso previo, lo que leo entre líneas es “sí, somos el mal, pero cuando los salvemos de los extraterrestres vamos a ser el bien de nuevo, o por lo menos vamos a ser el mal menor, y ahí van a agradecer todas las guerras impías que empezamos por conveniencia y que no fueron otra cosa que prácticas, guerritas de prueba, para prepararnos para esta gran batalla por el destino de la humanidad”.
Pero, como siempre digo, cabe la posibilidad de que yo esté totalmente equivocado y que esto que dije sean puras idioteces.

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PD: ¿No he visto buenas películas en estas últimas semanas?
Sí. Rango. Una película de animación. Lo cual no me asombra para nada.


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