Sunday, November 29, 2009

Invincible - de Robert Kirkman 3 (de 3)







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Iba a titular el post “Robert Kirkman es dios”, pero sería ofensivo para los creyentes. Me debo estar poniendo políticamente correcto.

Como lo había adelantado, después de la grata experiencia que fue leer en la pantalla The walking dead, seguí con Invincible, la otra gran obra de Kirkman. Y sí, la verdad es una gran obra. En las portadas Kirkman se hace autobombo poniendo la leyenda “Probablemente el mejor comic de superhéroes del universo” (como una especie de parodia-homenaje a los Fantastic Four de Marvel y su leyenda “Los mejores comics del mundo”), y no sé si en otras partes del universo harán comics, pero si dijera “Probalemente el mejor comic de superhéroes del planeta” estaría totalmente de acuerdo.

Kirkman es un fan, eso es innegable. Y como fan sabe qué funciona y qué no, sabe qué cosas ya ha leído tantas veces que lo han casado y cuáles nunca se hicieron, qué vuelta de tuerca estaba ahí, picando como una pelota frente al arco sin arquero, pero nunca nadie hizo el gol por interferencias editoriales y demás razones de marketing. Y entonces él va y patea. La serie es eso: un golazo tras otro. No hay un solo número “quieto”, un solo número intrascendente: el status de los perosnajes cambia casi en cada página, los personajes se desarrollan de forma coherente y sorprendente al mismo tiempo (lo que es jodidísimo de lograr) y prácticamente todos son queribles (o al menos comprensibles) después de unos números.

Me hace acordar a otros dos guionistas: Erik Larsen (con cuyo universo superheroico está muy emparentado: Savage Dragon aparece bastante en Invincible) y Joss Whedon, el creador de Buffy y quien mejor ha escrito a los X-Men después de Grant Morrison... aunque el final de la etapa de Whedon en Astonishing X-Men haya sido algo así como decepcionante porque se la veía venir desde kilómetros atrás. Pero, como sea, lo bueno de Whedon es que es un fan y se nota. En los comentarios del dvd de Serenity (peliculón de ciencia-ficción escrito y dirigido por Whedon) él dice que, cuando pensó en hacer la serie Firefly no quería hacer algo que a los espectadores pudiera gustarle sino algo que los espectadores pudieran amar. Y esa es, resumida al máximo, la actitud de un fan hecho creador. Y creo que la cabeza de Kirkman funciona igual.

Otra cosa que me gusta de Invincible es que toca casi todos los temas posibles dentro de la ciencia ficción y el subgénero de los superhéroes. Una pequeña lista de los tópicos de la ciencia-ficción que se pueden encontrar en la serie abarcaría:
*Extraterrestres y descendencia híbrida
*Viajes en el tiempo
*Universos paralelos
*Robots e inteligencias artificiales
*Hombres inmortales
*Viajes al espacio exterior
*Zombies (zombies mecánicos, para ser exactos)
*Clones
*Parásitos ladrones de cuerpos (body snatchers)
*Criaturas del centro de la tierra (homenaje al Mole Man de los Fantastic Four)
*Relación ciencia/magia (en la búsqueda de la cura para la “enfermedad” de Monster Girl)
*Parodias a Star Trek (es casi un género aparte dentro de la ciencia ficción actual)

Y respecto a los superhéroes, los tópicos podrían ser:
*Legado (enfrentamiento entre el legado con el que creyó crecer y el que le fue descubierto después, entre la protección y la conquista)
*Supergrupo (bancado por el gobierno, después de todo es Image)

Eso sí: a diferencia de la media de los comics de superhéroes, Kirkman pone mucha sangre en la historia, lo cual le suma realismo pero lo hace no muy apto para niños. Es una serie para adolescentes y adultos.
Igual, al final, lo único importante que tengo que decir es: Lean Invincible!!!!!

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Algunos links para descargarla, si les interesa:

Invincible - de Robert Kirkman 2 (de 3 )










Invincible - de Robert Kirkman 1 (de 3)










Saturday, November 14, 2009

Libertad de expresión, te vamos a extrañar

Iba a postear mis opiniones sobre la inseguridad, pero seguro que la presidenta me daría de baja el blog en seguida y me acusaría de desestabilizador y golpista.

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Sunday, November 01, 2009

La belleza y los finales felices


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Ayer terminé de leer los 66 números publicados de The Walking Dead, en digital. Una lástima que no haya edición argentina. La editorial Thalos, que cultiva el género de horror y terror, podría conseguir los derechos y darnos una edición barata (total es en blanco y negro) para no tener que gastar fortunas en euros comprando la versión española. Espero que ellos o alguien más lo haga. Vale la pena.
Igual, no es una serie para todo el mundo. Cuando estaba leyendo los primeros números, la primera saga, digamos, la que está dibujada por Tony Moore, pensaba que podía conseguir una edición traducida y dársela a mi mujer para que por fin leyera un buen comic y entendiera por qué carajo pasé los último 17 años de mi vida (y voy a pasar los que me queden, supongo) comprando cada cosa con dibujos y diálogos que encuentro. Pero después me di cuenta de que no era conveniente. Todo lo contrario. Pero no por las razones normales o comunes.
Me explico: lo normal es que los mejores comics no sean comprendidos por los neófitos porque son metarreferenciales, son comics que, si no hablan del comic como forma de arte, al menos sí son un comentario sobre un género (los superhéroes casi siempre) o sobre historias determinadas, o sobre etapas de la historia del comic (la Golden Age, la Silver Age, la época del grimm & gritty)... son comics para iniciados, son comics “esotéricos” desde algún punto de vista.
No podés ir de paracaidista y caer en Watchmen o en Planetary o Promethea y captar todo su significado. Ni siquiera en Authority, que es como un cambio de paradigma y por lo tanto no se entiende por completo si no se lo compara con el paradigma que supera. Pasa casi lo mismo que con la sátira: si no sabés de qué se están riendo te perdés más de la mitad del chiste.
En otros comics, como Preacher o Transmetropolitan, no es tan difícil meterse porque hablan de temas como la fe, la religión, la política, la opinión pública, que nos son más o menos comunes y conocidos a todos, pero lo que los hace ser buenos comics es que las historias no se frenan por miedo a herir la sensibilidad del lector... en buen cristiano, que tienen sexo, violencia y puteadas en la medida de lo necesario para que la trama que se arma y el mundo que se pinta sean creíbles. Y acá es donde volvemos a The walking dead: el mundo que pinta la serie es un mundo donde la civilización ha caído, donde la moral ha caído y donde lo mejor para sobrevivir es animalizarse y/o volverte loco. Visto así, y siendo totalmente coherente con su propia premisa, las cosas que Robert Kirkman le hace a sus personajes y lo que sus personajes se hacen entre sí, distan de ser agradables.
Pero para mí eso igual es bello.
La trama está tan bien armada, las situaciones son tan lógicas dentro del mundo en que se mueve esa gente “de mentira” pero que se sienten como si respiraran de lo bien escritas que están, las sorpresas son de verdad tan sorprendentes (y eso es lo más destacable, creo, que después de 66 números todavía no le haya leído las mañas, los tics, y no sepa para dónde va a arrancar), que la sensación general que me queda de la serie es la belleza de la perfección, la belleza de la coherencia.
Y eso no es fácil de transmitir. No creo que mi mujer pueda verlo así. No creo que una persona que no sea un escritor o un lector activo y asiduo pueda verlo así.
Lo mismo me pasó con Cien años de soledad. Casi hasta el final pensaba “¡Qué buen libro!, se lo voy a dar a mi mujer para que lo lea”, pero al final me arrepentí porque termina como la mierda desde el punto de vista de alguien para quien las cosas sólo valen si son lindas y sólo son lindas si acaban bien. La mayoría de la gente tiene ese culto enfermo al final feliz. Para ese tipo de lector o espectador, si la película o el libro no termina con dos personas besándose en un aeropuerto, es básicamente una mierda.
Desgraciadamente para ellos, no es así. Es casi exactamente lo contrario.
La belleza no depende del final feliz, de que las cosas salgan “bien”. La belleza está en la estructura, en la coherencia, en el armado concienzudo y perfecto de un mundo creíble, con reglas propias, donde las cosas no pasen porque sí, donde las consecuencias existan.
Pero, como suelo decir, siempre cabe la posibilidad de que yo esté totalmente equivocado.

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PD: Ahora empiezo a leer Invincible, la otra gran serie de Kirkman, según las únicas críticas que respeto, que son las de otros fans comiqueros... pero eso da para otro post.